viernes, 6 de noviembre de 2009

Seminario 6 de noviembre: tomates y lenguaje literario

Al final de la clase del otro día empezamos a hablar del código específico de la comunicación literaria, el lenguaje literario. Dijimos que instintivamente reconocíamos el lenguaje literario porque era distinto del lenguaje común, "más cuidado", "más escogido", señalásteis vosotros.

El lenguaje literario es un código manipulado por el autor, que actúa sobre él con una voluntad de forma y que pretende "causarnos extrañeza". 

La literatura, según palabras de Jakobson, consiste en una forma de escribir, en la cual "se violenta organizadamente el lenguaje ordinario". La literatura transforma e intensifica el lenguaje ordinario, se desvía, se aleja sistemáticamente de la forma en que se habla en la vida diaria y continuamente explora las posibilidades significativas de una lengua.

Vamos a ver de qué manera con un pequeño juego, un ejercicio en el que el protagonista es el tomate.


TAREA: ABRE ESTA PÁGINA, LEE Y COMPARA LOS DOS TEXTOS, BUSCA EN QUÉ SE PARECEN (QUÉ INFORMACIÓN O QUÉ ELEMENTOS COMPARTEN, SI ES QUE LOS HAY) Y EN QUÉ SE DIFERENCIAN. ANALIZA EL LENGUAJE DEL TEXTO 1, SEGÚN LO QUE SE CUENTA EN EL BLOQUE 2 SOBRE EL LENGUAJE LITERARIO Y SUS "MECANISMOS PARA CREAR EXTRAÑEZA".
[entregar por escrito el próximo viernes]

lunes, 2 de noviembre de 2009

La comunicación literaria

Hoy en la clase de Teoría de la Literatura hemos hablado sobre la comunicación literaria .
El esquema se parece mucho al esquema de la comunicación común:




El emisor en nuestro caso es el autor (que, según las épocas, se ha entendido de maneras distintas: antes podias ser el que copiaba ,el que ordenaba a escribir sus ideas o el que recababa la tradición, hoy día el autor es el que crea. Hay casos en que el texto literario tiene muchos autores ,o sea está escrito por un colectivo, también hay casos en los que el autor es anónimo, pero en la mayoria es individual. Dicen que el autor es el primer lector de su texto y hablando de los lectores(receptor) el lector ideal no existe .
El canal es el texto escrito,hay tambien canales orales: la canción y la representación teatral .El mensaje es unidireccional .
En la comunicación literaria el autor (emisor) no se puede convertir en el receptor .
El contexto es peculiar: Una obra literaria puede haber sido escrita hace siglos, en circunstancias distintas del que el lector lo lee. Con eso quiero decir que el autor tiene su propio contexto y los lectores, en el momento que estan leyendo su obra, el suyo.
El codigo hace que nosotros entendamos que estamos frente a un texto literario: el lenguaje se escoge, se expresa en manera culta, por eso percibimos otras cosas, distinto del código estándar común.
Nuestra profesora nos ha dado ejemplos que nos ayuden a comprender mejor (Cervantes y su "Don Quijote") etc.

domingo, 1 de noviembre de 2009

¿Leer sirve para algo bueno?

¿Son menos corruptos, despóticos, coléricos o violentos quienes leen? La lectura tiene una utilidad sensorial y una utilidad práctica, pero tal vez no tenga ninguna utilidad ética, que es la que más se pregona.

La ópera ha sido considerada siempre el espectáculo artístico más completo y refinado. Aúna música, literatura y teatro. Para disfrutarla hay que ser una persona cultivada y tener educadas todas las capacidades estéticas. Es necesario, además, poseer una sensibilidad especial. Podríamos decir, por lo tanto, que los amantes de la ópera forman parte de un linaje extraordinario. De una quintaesencia humana. En febrero de 2001, sin embargo, los socios del Círculo del Liceo de Barcelona -quintaesencia de la quintaesencia- decidieron rechazar el ingreso en el club operístico de las diez mujeres que, después de siglo y medio de absoluta hegemonía masculina abolida en unos nuevos estatutos, habían solicitado la admisión. Entre esas mujeres -por si alguien duda de sus méritos- estaba Montserrat Caballé. Es decir, los seres más sensibles, los que se conmovían hasta el retorcimiento del alma con la música de Verdi, con la voz doliente de María Callas o con las quejas de amor de Madame Butterfly, se comportaban en la vida real como gañanes de taberna.